lunes, 30 de junio de 2014

Vividora-mezcladora optimizada 3.0

Vivir. Eso que nos queda entre el trabajo y dormir. Disfrazados quedan aquellos que intentan hacerlo fuera de ese pequeño espacio, inmersos dentro de cualquiera de los otros dos. Aletargados por el mando que los subordina o soñadores los que usan sus horas rem para hacer lo que no pueden o no saben en ese pequeño espacio que nos queda.

Yo deambulo entre los tres , el trabajo, la vida y la cama. En ocasiones los mezclo todos y revueltos se me presenta un sueño en el que trabajo en sitios que me gustaría estar. De pronto mi mesa de oficina aparece en medio de una calle transitada de París mientras juego a los coches con mi hijo . Otras veces ya despierta, cabalgo fusta en mano sobre el océano repartiendo leña a las pirañas , vestida a recortes primaverales, atendiendo a miradas escandalizadas por los do mayor que resuenan en el fondo sur. Y te das cuenta de que lo más insignificante te cambia el humor.

Es tiempo de volver a la era de sonrisas mañaneras, carcajadas de descarga y besos de amor al entrar por mi puerta. Es tiempo de primavera, de sentirse alegre para recuperar los infartos que dejó el invierno, para cojer carrerilla, para curar.

Empiezo de nuevo a sentirme positiva y por más que busco no encuentro cuál fue la razón. He llegado a la conclusión de que sentirse así no tiene que ver con el mundo que te rodea sino con querer sentirse así. Así de fácil y así de complicado lo hacemos a veces.

Vividora-mezcladora optimizada 3.0

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